En lo alto de la tarde va alterado
un sol que tatarea su tortura,
media luna de arena seca y dura
que ilumina la sangre del costado.
El alto altar del toro ha tolerado
todo el ardor de un lomo que supura,
gana la sombra al sol y a la ternura,
gana el dolor torero y tan dorado.
Sombra, sol y dolor, toro y torero,
y alboroto notorio del gentío,
matador en rodado matadero.
Aturdida por gran escalofrío,
perforada por golpe tan certero,
ya recorre la muerte el graderío.
Un placer leerte Alberto. Saludos!
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Muchas gracias Rheinn, me alegra que estés por aquí y que te guste este bosque, voy a pasearme por el tuyo! Un abrazo.
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